Alguna vez tuve un trabajo surrealista. Vendía productos de belleza desde un call center porteño a Italia. Todas las que trabajábamos ahí nos llamábamos "Chiara" (quien haya visto "Motivos para no enamorarse" entenderá de dónde sale... Las del call center de Bucarest en cambio eran todas "Laura". Los varones tal vez "Giovanni") Decíamos que nos comunicábamos desde Pienza (una ciudad de la bella Toscana) mientras nuestra ventana daba a la calle Corrientes donde el país se incendiaba y debíamos explicarle a las clientas que esos bombos de las manifestaciones que escuchaban eran sonidos de algún televisor cercano. Llamábamos el día del "onomástico" (su santo) y el del cumpleaños, para tentarlas con una promoción "sólo por hoy" que ofrecíamos todas las mañanas. A veces, una tana del sur te preguntaba cómo estaba el clima en Pienza ó si nevaba, y una hacía una vuelta carnero en el aire con la voz, para responder que el tiempo andaba "loco" y "muy cambiante". Algunas te invitaban a comer a su casa y decías "sí claro, con gusto cuando ande por Nápoles paso". Otras te sacaban como a moscas nomás saludarlas. Pero me acuerdo de una en particular. Rosa, una mujer mayor, que respondió con un "hola" de esos que te abren la puerta; emocionada. Me dijo que ella esperaba ansiosa ese día porque sabía que iba a recibir nuestra llamada, y así entonces hablaba con alguien... Por todas las "Rosas" y "Rosos" (ni bien llega Febrero me pasa) yo desearía que "San Valentín " no existiera... Y al mismo tiempo - y con esa misma ilusión que había en su voz - que les tocara.
- laugargarella
SAN VALENTIN O LA VIE EN ROSA
Actualizado: 26 abr 2019
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