top of page
Buscar
  • laugargarella

TELEKINESIS IMPROBABLE


"Clinch clach". ¿Cuántas probablidades hay de que una taza se mueva sola en la cocina mientras estás tirada en tu cuarto? Ninguna (a priori al menos). Pero se oyó claro. Fue un "clinch clach". Fue la taza a lunares multicolor. Mi preferida.

Estoy segura. Pero también estoy abducida por la cama que se convirtió en un campo magnético y no me deja salir. No puedo. Hace noches que tengo insomnio y no duermo bien. Ahora no logro mover un dedo. Mi cerebro le manda la orden a la mano pero un piquete en las venas no le permite pasar. La señal no llega, queda enquistada entre mi cabeza y el brazo. Pienso que podría dormir 56 horas corridas. Pero lo oí. "Clinch clach" y qué bronca me da darme cuenta de esas cosas que preferiría no saber. Porque también me pasa en otros ámbitos. Tengo una intuición afiladísima para ver venir cuestiones que quisiera quedasen bien lejos. Sospecho que la gente que no se anoticia de algunas cosas vive mejor, más feliz. Pero tengo la ¿maldición? de percibir algunos gestos (sutiles), algo en la espesura del aire que no sé bien qué es pero me spoilea ciertos finales. Entonces, decía, lo oí. Ruido extraño en la cocina y la última vez que escuché un sonido así, imposible, terminó siendo una rata que se valió otro post. Elucubro 3 posibles opciones. Opción 1: otra vez la rata (la misma ú otra, da igual) Opción 2: ladrón. Opción 3: espíritu (??) Me quedo un rato largo pensando cuál de las 3 consideraría "mejor" opción (ó, digamos "menos peor") y francamente no sé. Reviso las 3 en versión películas: 1. "Ratatouile (reloaded, sería)". Es raro. Tengo todas las ventanas cerradas esta vez. ¿Por dónde entró? Mmm, no, no creo, no puede ser... Paso a la 2. ladrón 007: ahí me digo (literalmente), si un chorro abre la puerta del cuarto ahora mi reacción va a ser: "llevate todo pero dejame dormir 1 hora más. Por favor! En una hora me cambio y te bajo a abrir". Y río sola hasta que me codeo a mí misma diciendo/me: "che, y si hay un chorro en serio?". Pero no oigo nada más, ni pasos, ni nuevos movimientos... debería tener la destreza de James Bond para ser tan discreto. Descreo. Opción 3: "Ghost". Consideremos el universo "espíritus": si fuese alguien de mi familia ó algún ser querido de visita del más allá no me preocuparía demasiado (ok, lo único que justifica este razonamiento es que realmente tengo MUCHO, MUCHISIMO sueño y no quiero tener que preocuparme) Si fuera en cambio, un espíritu ajeno al afecto, ahí la cosa se tornaría más espesa pero insisto: eso no es muy probable. Deshechadas esas 3 hipótesis sigue vigente el misterio "quién movió entonces la taza?". Todo lo que se mueve en mí son dos pestañas a media asta entrecerrándose y media neurona. Y con esa media neurona me pongo a pensar otra vez en "la negación", en todo eso que pondría a disposición de no ver cosas que veo nítidamente, sin poder evitarlo. Es como en las salidas de noche ó en fiestas, que como no tomo alcohol (me encantaría que me encantase pero aún no sucede) cuando todos a mi alrededor van cayendo cual moscas soy la testigo ocular que queda en pie (la "conductora asignada" aunque tampoco maneje) quien ve eso que los demás van a querer borrar del recuerdo al día siguiente. Entonces lo relaciono con otros ruidos, esos sonidos extraños en vínculos, situaciones... donde un@ sabe que algo se movió ó desafina, que no da en la nota. Pienso en el ruido más fuerte que nos empeñamos en hacer para taparlo... ó en las excusas que nos ponemos, como esos pilotos de Lapa escuchando la alarma de "acá algo no va bien" y diciendo "nah, ese chirrido está siempre, no pasa nada. Se sale..." ó la pantomima que hacíamos de chicos tapándonos las orejas para ningunear un argumento, cantando fuerte "lararlarálalalaaala, no te oigooo, lero lero"...

Me levanto. Con muchísima parsimonia despego la espalda del colchón. Me digo: "valiente"! Y voy. Camino descalza hasta la cocina, con pasos lentos, tratando de ver a la distancia con ojo de halcón hasta que por fin, ni bien cruzo esa entrada encuentro el único panorama que no había contemplado: la planta lindísima que me regalaron, se abrió paso como pudo, de costado. Y se expandió tanto y tan lejos que terminó cayendo de lado... sobre la taza a lunares (que afortunadamente zafó).

Recién varias horas más tarde, ya con cierrta lucidez, contándole la secuencia a una amiga la veo sonreír y decir: "creció". "¿Eh?". No entendí. "Se ve que en ese momento estaba creciendo". No se me había ocurrido mirarlo así pero me encantó. Nunca había pensado en una foto sonora que pueda registrar un estirón, el traspaso exacto hacia un tamaño más alto. Y rápidamente todo cobró ese sentido que necesito encontrarle a las cosas. Entendí: "mi planta y yo somos iguales": ninguna de las dos creció en línea recta. No seguimos la dirección por la que se suponía, debíamos ir. En eso defraudamos seguramente lo que esperaban para nosotras (yo misma esperaba ver a mi planta pararse bien, sin fisuras). Las dos nos desviamos de esa ruta marcada y en lugar de agarrar derecho salimos por el costado (tampoco sé si fue audacia ó simplemente lo que salió). Así crecimos haciendo ruido (no era la vía más fácil). Y si un@ no termina nunca de estirarse, de evolucionar, de moldear su forma, eso también tiene su lógica. Sacudirse la modorra y pararse en lugar de cerrar los ojos y seguir durmiendo; plantarle cara a los "ruidos extraños", mirar de frente al fantasma, calculo, tiene su costo. También puede tumbarte. Podría hasta hacerte caer... Pero al fin y al cabo es crecer (me digo) aunque te salga de lado.

17 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

POSTAS

Lo vi en Tarzán de chica. El modo de cruzar la selva era colgado de lianas. Era saltar de liana en liana. Tener postas. Yo también las...

コメント

5つ星のうち0と評価されています。
まだ評価がありません

評価を追加
Post: Blog2_Post
bottom of page